
Por: Paloma Galvis
Hace tiempo que me he ido olvidando de los demás. Los demás, a su vez, creo que viven sumergidos en espirales de egoísmo.
En estos últimos meses cada uno de nosotros ha pasado más tiempo consigo mismo que de costumbre. Y quizá a más de uno no le sorprendió descubrir cuán inconstantes y distraídos somos cuando se trata de pensar en los demás.
Por mi parte, confieso que en el silencio de la noche mis personalidades sin voz se convierten en el centro único de mis pensamientos, como si conocernos más implicara tolerarnos menos los unos a los otros.
Estoy convencida de que debo comenzar todo de nuevo.
Estoy convencida de que debo empezar por desconocerme para volver a conocer ese mundo del que la soledad me hizo tomar distancia.
Compartir